En medio de la devastación causada por la tormenta, los árboles emergen como un elemento crucial en la lucha contra la contaminación y el cambio climático. José Rivero, un experto en medio ambiente, subraya que «los árboles absorben CO2 y generan oxígeno».

«Se estima que absorben el 20% del CO2 de España. Un árbol de 20 años puede capturar el dióxido de carbono producido por un coche que recorre 10.000 kilómetros», explica. Además, su función va más allá, ya que proporcionan sombra, ayudan a mitigar las temperaturas en las ciudades y favorecen la biodiversidad.

Pero, ¿cómo podemos medir el valor de un árbol? Juan Ortega, otro experto en el tema, destaca que es posible asignar un precio a cada árbol utilizando estándares específicos. En este sentido, la Norma Granada establece una escala que considera variables como edad, tamaño, envergadura, valor ornamental y posibilidad de sustitución, permitiendo una valoración precisa de estos recursos naturales.

Sin embargo, la pregunta que surge en medio de la devastación causada por la tormenta Bernard es si estos árboles caídos podrán recuperarse. Según Rivero, «los árboles a los que se les ha roto el tronco no tienen solución, ya que el tronco no puede seguir creciendo ni transportar savia». «Los que han sido desarraigados tampoco podrán recuperarse, ya que las raíces se han cortado y no se desarrollarán adecuadamente», añade. Aunque los árboles que han perdido ramas pueden recuperarse, la situación es complicada.

Respecto a la posibilidad de trasplantar árboles, Rivero comenta que es una tarea difícil, sobre todo cuando las raíces han resultado muy dañadas. La tormenta Bernardo ha dejado claro la importancia de proteger y conservar nuestros árboles, no solo como elementos escénicos de nuestras ciudades, sino como guardianes del medio ambiente y escudos contra la contaminación. Invertir en la salud y el cuidado de estos gigantes verdes es esencial para un futuro sostenible y saludable.