El viernes (1 de diciembre), Olaf Scholz viajará a Dubai para presentar un proyecto en el que ha estado trabajando durante mucho tiempo: la creación de un «club climático» que reúna a países con políticas climáticas ambiciosas. El club incluirá a 33 países, entre ellos todos los miembros del G7, Chile y Mozambique. Los miembros del club deberán comprometerse con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5 °C, así como adoptar planes concretos para descarbonizar rápidamente sus industrias y lograr emisiones netas cero para el año 2050. A pesar de que originalmente se planteó la idea de imponer sanciones a los países menos ambiciosos, el enfoque del club ahora se basará en incentivos, especialmente en relación con el acero verde, la descarbonización industrial y las asociaciones internacionales. A pesar de su ambición, algunos cuestionan la credibilidad del club, mientras que otros sugieren que el verdadero club climático es el Mecanismo de Ajuste en Frontera del Carbono (CBAM por sus siglas en inglés) de la UE. Es importante mencionar que los planes de enfocarse en la definición de hidrógeno verde fueron abandonados, y tampoco se tiene en cuenta en las discusiones el tema de las exenciones del CBAM.