La Oficina del Coordinador Residente de las Naciones Unidas en Mongolia informa que alrededor de 190,000 hogares de pastores están experimentando dificultades relacionadas con la falta de alimentos, altos precios y mayor vulnerabilidad. La situación se está agravando debido a las condiciones climáticas extremas, lo que subraya la necesidad urgente de asistencia humanitaria y soluciones sostenibles para apoyar a las comunidades rurales y los medios de vida tradicionales de Mongolia.
El pastoreo y la ganadería son elementos fundamentales de la economía, la cultura y el modo de vida de Mongolia. Se estima que actualmente hay más de 64 millones de cabezas de ganado en el país, pero las severas condiciones invernales están impactando negativamente a los pastores.
Los «dzuds», un desastre exclusivo de Mongolia, se caracterizan por inviernos extremos con temperaturas frígidas, fuertes nevadas y suelos helados que impiden que los animales accedan a los pastos. La mala gobernanza ambiental y el cambio climático han contribuido a un aumento en la frecuencia e intensidad de los dzuds desde 2015, según la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia y el Pacífico (ESCAP).
Más de 258,000 personas, incluyendo más de 100,000 niños, se han visto afectadas por las carreteras obstruidas debido a las fuertes nevadas, lo que ha llevado a la falta de acceso a servicios vitales de salud, nutrición, educación y servicios sociales. Las familias de pastores están entre las más afectadas, lo que ha llevado a situaciones de estrés y riesgos de protección para los niños.
El Gobierno ha activado su Centro de Operaciones de Emergencia (COE) y UNICEF ha enviado kits de ayuda a las provincias afectadas. Se está adquiriendo más equipo y se planea distribuir dispositivos de audio digitales portátiles con lecciones pregrabadas para garantizar la continuidad del aprendizaje en los hogares de los pastores.