Un empresario de Groenlandia está comercializando hielo ártico extraído directamente de los casquetes polares del Ártico. Este hielo se vende a las clases altas de los Emiratos Árabes Unidos en tiendas de lujo, generando críticas por su enorme huella de carbono asociada al transporte del producto. A pesar de las afirmaciones del empresario de que su modelo de negocio no tiene un impacto ambiental significativo, la empresa ha recibido críticas en las redes sociales, incluyendo mensajes agresivos.
El hielo se obtiene de fiordos y icebergs alrededor de Groenlandia, se almacena en barcos especializados y se envía a Dinamarca antes de llegar a los Emiratos Árabes Unidos.
Este negocio destinado a las élites ha sido criticado por tener un impacto en el Ártico, al igual que otras actividades de lujo en la región, como el turismo en submarinos o viajes en avión para ver la región helada desde el cielo.