El gobierno de Cataluña ha anunciado que la región entrará en fase de emergencia debido a la sequía, una situación sin precedentes relacionada con la crisis climática. Las medidas afectarán principalmente a la cuenca hidrográfica Ter Llobregat, que abastece a 202 municipios de Barcelona y el sur de Girona, habitados por seis millones de personas. Habrá restricciones en piscinas, regadíos, actividades agrícolas, industriales y recreativas, con un límite de consumo de 200 litros por habitante y día. Además, se plantea la posibilidad de contratar barcos cargados de agua si la situación empeora. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, ha afirmado que Cataluña no enfrentaba una sequía tan prolongada en años, con algunos embalses ya por debajo del 16% de su capacidad. Las medidas incluyen la reducción progresiva del suministro de agua y restricciones en el uso de agua potable, así como la prohibición del llenado de piscinas, entre otras.