Ann Dom, la directora adjunta de Seas At Risk, la asociación europea de ONG que trabajan para proteger los mares de Europa, sostiene que es necesario que Europa deje de enfocarse en la extracción de metales como el litio y el cobalto, y más bien se centre en reducir la cantidad necesaria y reciclar lo que se utiliza.

Dom critica las políticas de economía circular y materias primas de la UE, argumentando que no tienen en cuenta la necesidad de dejar metales en el suelo y en el fondo marino. Advierte que si Europa continua excavando en áreas prístinas de la Tierra para satisfacer su demanda por metales primarios, la llamada «circularidad» será simplemente una ilusión.

La autora destaca que la minería es una de las industrias más contaminantes del mundo y contribuye significativamente al cambio climático. También hace hincapié en la responsabilidad de Europa en la creciente demanda de metales, a pesar de representar menos del 10% de la población mundial, y señala que esta demanda está impulsada por la transición hacia una economía neutra en carbono.

Dom critica la falta de objetivos serios para reducir el uso de materias primas en Europa, y advierte sobre la minería en aguas profundas en aguas internacionales, con licencias de exploración otorgadas a varios países europeos.

La autora insta a Europa a adoptar objetivos vinculantes de reducción de la huella de materiales y a idear un Acuerdo Verde más ambicioso que apunte a un «crecimiento sin crecimiento económico». También sugiere que cambios en el estilo de vida y en los sistemas de consumo y producción son necesarios para contrarrestar el consumo excesivo.

En resumen, la autora aboga por una reducción significativa en el consumo de recursos de Europa, en lugar de seguir abrazando el paradigma de la extracción de materias primas. Señala que lo más importante es abandonar el paradigma del «crecimiento económico eterno» y crear sociedades y economías centradas en el bienestar y el cuidado del planeta y las personas.