A pesar de que la UE tiene limitada influencia directa sobre la protección de los polos y glaciares, sus defensores argumentaron en la Cumbre Un Planeta – Polar, realizada en París del 8 al 10 de noviembre, que su poder económico aún puede ser influyente. El aumento del nivel del mar y las inundaciones costeras están directamente relacionados con el calentamiento del Ártico, que se está calentando cuatro veces más rápido que el resto del mundo. Francia, expuesta con sus tres costas y vasto espacio marítimo, acogió la cumbre como una oportunidad para proteger las zonas polares y glaciares reduciendo la explotación de sus recursos. El presidente francés, Emmanuel Macron, expresó su oposición a la minería en aguas profundas, pero confirmó su apoyo a la exploración en la reciente cumbre COP27 en Egipto. La UE tiene como objetivo proteger el Ártico y lograr los objetivos climáticos a través de una política ártica que implica un uso sostenible de recursos pesqueros y posibles restricciones a la explotación de recursos fósiles y mineros. La UE tiene la capacidad de influir en las políticas ambientales de sus socios a través de requisitos de sostenibilidad que impone a los productos en su mercado, lo que puede afectar a países como China. Sin embargo, la influencia de la UE en Rusia es limitada debido a su papel clave en la región. El ministro francés de Transición Ecológica señaló que la gestión del Ártico es crucial en un contexto de crecientes tensiones internacionales y nacionales. La Cumbre Un Planeta – Polar debería ser un impulso para la COP28 y una oportunidad para abordar los desafíos geopolíticos que enfrenta el mundo en la protección del Ártico.