Inicio Calentamiento global La captura de carbono: amada u odiada, llegó para quedarse

La captura de carbono: amada u odiada, llegó para quedarse

La captura de carbono: amada u odiada, llegó para quedarse

En lugar de oponerse y tratar de detener la captura y almacenamiento de carbono, los periodistas y activistas ambientales deberían responsabilizar a las compañías petroleras y a los países, exigiéndoles que cumplan con sus compromisos en materia de CAC, según Robin Mills. Robin M. Mills es director ejecutivo de Qamar Energy y autor del libro «El mito de la crisis del petróleo». Las agencias de energía, gobiernos y Naciones Unidas coinciden en que la captura y almacenamiento de carbono (CAC) son fundamentales para combatir el cambio climático. Esta tecnología será crucial en la conferencia COP28 que comienza en Dubai el 30 de noviembre. A pesar de la importancia de la CCS, muchos grupos ecologistas y periodistas ambientales se oponen a ella, buscando argumentos en su contra. ¿Por qué la CCS es tan vital pero tan criticada? La captura y almacenamiento de carbono, así como la captura, uso y almacenamiento de carbono (CCUS), consisten en tecnologías para capturar el CO2, principal gas responsable del cambio climático, proveniente de centrales eléctricas, instalaciones industriales y otros sitios emisores de CO2, y transportarlo a un lugar seguro bajo tierra para su almacenamiento o uso en la producción de diversos materiales. A pesar de ser respaldada por importantes empresas y países productores de combustibles fósiles, la CCS es esencial para lograr el objetivo de emisiones netas cero para 2050 y evitar un aumento catastrófico de la temperatura global. Es crucial que se promueva y se utilice en conjunto con las energías renovables para reducir efectivamente las emisiones de gases de efecto invernadero.

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