Las aguas residuales representan un peligro para los ecosistemas, pero si se tratan adecuadamente con sistemas basados en la naturaleza, como los humedales artificiales, pueden convertirse en fuentes de vida que ayuden a recuperarse a los ecosistemas después de sequías o inundaciones, eventos cada vez más frecuentes debido al cambio climático.

Un proyecto cofinanciado con fondos europeos LIFE Renaturwat está probando el uso de lodos de potabilizadora en humedales artificiales para mejorar el filtrado de aguas residuales y eliminar contaminantes y nutrientes. Los resultados preliminares muestran reducciones del 80% en fósforo. Además, se ha observado una disminución significativa de contaminantes como la bacteria fecal escherichia coli y contaminantes emergentes como medicamentos y pesticidas, mejorando la calidad biológica del agua.

Las pruebas se llevan a cabo en las depuradoras basadas en humedales artificiales de Carrícola (200 habitantes) y en la urbanización de Puçol «Los Monasterios» (unos 2.000 residentes). Se han construido lagunas para comparar la calidad del agua tratada con fangos deshidratados con la calidad del agua de los tratamientos existentes.

Desde el primer día, las lagunas que reciben agua filtrada con fangos han sido «oasis de vida», con mayor biodiversidad y presencia de especies como los macroinvertebrados acuáticos. Estos organismos son la base de la cadena trófica y fundamentales para la presencia de otras especies en el ecosistema.

Los resultados obtenidos sugieren que estas lagunas podrían utilizarse como reservorios de fauna para ayudar a los ecosistemas a recuperarse de eventos naturales o impactos humanos. Las depuradoras de grandes núcleos también podrían incorporar humedales artificiales para contribuir a la renaturalización del caudal y promover la vida silvestre. Se destaca la importancia de estas soluciones para ayudar a recuperar ecosistemas degradados como la Albufera de Valencia o el Mar Menor en Murcia.