Hace varios meses que hemos estado observando bolsas blancas en los árboles de pino y cedro en Cataluña, y muchas personas se preguntan qué son. ¿Son rastros de arañas? ¿Es un hongo que infecta nuestros bosques? Pues bien, estas bolsas han sido hechas por la procesionaria del pino, lo que indica que pronto veremos filas de orugas avanzando en procesión hacia el suelo.
La procesionaria del pino es una mariposa nocturna autóctona de Cataluña. Tiene un ciclo de vida complejo y generalmente solo la recordamos en los meses de invierno y primavera, cuando vemos su fase urticante de oruga. Aquí explicamos brevemente su ciclo de vida:
– Nacimiento de las mariposas: en los primeros calores del verano, las pupas que han pasado el invierno enterradas comienzan a transformarse en polillas adultas, las cuales ponen huevos en las copas de los árboles de pino.
– Eclosión de los huevos: los huevos eclosionan en las hojas de los pinos laricios y silvestres, y las orugas se alimentan de ellas.
– Crecimiento de las orugas: las orugas pasan por cinco estadios distintos, cambiando de color en cada uno, y se alimentan de las hojas de los árboles.
– Formación de las bolsas: las orugas se agrupan en bolsas sedosas blancas para protegerse y evitar morir de frío.
– Procesiones y entierro: con la llegada del buen tiempo, las orugas descienden en fila india hacia el suelo para enterrarse y transformarse en crisálidas.
La densidad de bolsas y orugas varía cada año, siendo afectadas por las condiciones ambientales, como el calentamiento global que favorece el ciclo de la procesionaria. Aunque no mata los pinos instantáneamente, puede debilitarlos a largo plazo, volviéndolos susceptibles a otros factores como patógenos o sequías.
Existen varios métodos para controlar las poblaciones de procesionaria del pino, como el control biológico, mecánico, por feromonas y la fumigación con Bacillus thuringiensis var. kurstaki en casos graves. También puedes contribuir a la detección de esta especie en los bosques colaborando con el proyecto Alerta Forestal del CREAF.
¡Tú también puedes ser los ojos del bosque y ayudar a preservar la salud de nuestros bosques!