Inicio Ciencias económicas Eurovisiones. Aunque el cambio climático perjudica más a las mujeres, no tiene por qué ser así.

Eurovisiones. Aunque el cambio climático perjudica más a las mujeres, no tiene por qué ser así.

Eurovisiones. Aunque el cambio climático perjudica más a las mujeres, no tiene por qué ser así.

Las trufas blancas de Alba y los vinos tintos del Piamonte suelen complementarse bien. Sin embargo, el aumento de las temperaturas está generando una brecha en la región.

El arte en peligro de extinción de la caza de trufas ahora enfrenta una nueva y grave amenaza por parte de los enólogos del norte de Italia. La rara trufa blanca de Alba y los vinos tintos del Piamonte son productos altamente valorados en la región y han sido obtenidos en una feliz proximidad durante décadas.

Pero los viticultores de la zona de Langhe, en el Piamonte, están empezando a mirar hacia las laderas más sombrías de las colinas, que son el territorio principal para la caza de trufas, para proteger sus viñedos de una invasión cada vez mayor debido a los veranos calurosos.

«Expandir las laderas orientadas al norte para la producción de uvas representaría una seria amenaza para las trufas», afirmó Antonio Degiacomi, presidente del Centro Nacional de Estudios de la Trufa con sede en Alba, en una entrevista al diario La Stampa. «Toda la biodiversidad de la región se concentra en la vertiente norte y sin ella no habrá trufas.»

El Consorcio para la Protección de Barolo y Barbaresco ha propuesto la expansión de los viñedos a estas zonas más sombrías como respuesta a las condiciones climáticas actuales. Sin embargo, los cazadores de trufas señalan que estas laderas han sido abandonadas como bosques y praderas durante siglos, ofreciendo el hábitat perfecto para el crecimiento de las trufas.

El conflicto entre los enólogos y los cazadores de trufas es una de las muchas presiones que enfrenta la antigua práctica en el Piamonte, una de las principales regiones donde se encuentra la trufa de Alba.

La trufa de Alba, una delicadeza culinaria muy valorada, no puede ser cultivada y su escasez la convierte en uno de los ingredientes más caros del mundo. Esta disputa representa un nuevo desafío para los cazadores de trufas en una región donde el cambio climático, la deforestación y la contaminación agrícola ya están teniendo un impacto en el ecosistema natural.

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