El equipo de investigación del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore en California ha logrado un hito histórico al confirmar la primera reacción de energía de átomos en un entorno de laboratorio utilizando rayos láser. Este logro significativo se caracteriza por haber generado más energía de la necesaria para iniciar la reacción, sin recurrir a la nuclear.
La fusión de átomos enfrenta desafíos significativos a pesar de su rendimiento energético prometedor. La unión de núcleos de átomos sueltos en un proceso de fusión demanda grandes cantidades de energía, lo que es una desventaja importante. Los costos asociados con la construcción y operación de estas instalaciones han sido históricamente desafiantes.
Aunque la eficiencia energética del experimento es baja, el enfoque no estaba en la eficiencia sino en medir el éxito del proceso de fusión en un entorno de laboratorio. Los resultados sientan las bases para futuras investigaciones en energía de átomos.
La fusión no nuclear libera energía al unir núcleos ligeros para formar uno más pesado. Aunque tiene un potencial enorme, actualmente enfrenta desafíos como costos elevados y la necesidad de infraestructuras especiales.
En la fusión no nuclear, no se generan emisiones de CO2 ni metano. El único subproducto es helio, aunque se generan neutrones que pueden convertir materiales en radiactivos. Los residuos radiactivos generados por la fusión de energía de átomos son menos persistentes y menos calientes que los de las centrales de fisión convencionales.