Las quemas controladas, también conocidas como incendios prescritos, son una técnica común utilizada en el oeste de Estados Unidos para prevenir incendios forestales catastróficos. Estos incendios son llevados a cabo por bomberos altamente entrenados y ayudan a eliminar el exceso de materia vegetal seca que podría provocar incendios incontrolables.
Para realizar quemas controladas de manera segura, es necesario esperar condiciones climáticas específicas: no muy húmedas que impidan la combustión, pero tampoco tan secas o ventosas que puedan provocar la propagación del fuego. Estas condiciones limitan las oportunidades de llevar a cabo estas quemas.
Un nuevo estudio dirigido por el científico climático de UCLA, Daniel Swain, ha revelado que el cambio climático está reduciendo el número de días aptos y cambiando las épocas del año en las que se pueden realizar las quemas prescritas de manera segura.
Se proyecta un aumento de 2,0 grados Celsius (3,6 grados Fahrenheit) para el año 2060, lo cual reduciría en un 17% el número de días favorables para las quemas prescritas en el oeste de Estados Unidos. La mayoría de estas reducciones se darían en primavera y verano, mientras que se proyecta un aumento del 4% en los días aptos para quemas prescritas en invierno.
Según Kristen Shive, experta de UC Berkeley, las temperaturas ideales para las quemas prescritas suelen oscilar entre 50 y 70 grados Fahrenheit con una humedad relativa del 10 al 20%. El cambio climático requerirá ajustes por parte de las agencias encargadas de realizar estas quemas, ya que la mayoría del personal que las lleva a cabo son trabajadores estacionales cuyos contratos finalizan a mediados de otoño. En el futuro, se necesitarán cambios en la disponibilidad de personal.
Los investigadores también encontraron variaciones regionales en los cambios provocados por el cambio climático. Por ejemplo, en California, los cambios son más pronunciados en las zonas costeras y del sur, donde se pierde un mes de días aptos para quemas prescritas cada año. Por otro lado, partes del norte de las Montañas Rocosas podrían ver un aumento en los días seguros para realizar estas quemas.
A pesar de los cambios proyectados, Swain señaló que no se esperan muchos cambios a corto plazo en la realización de quemas prescritas. Sin embargo, es importante anticipar las limitaciones y oportunidades futuras de esta técnica para planificar adecuadamente, especialmente en lo que respecta a la fuerza laboral de extinción de incendios.
Este estudio, publicado en Comunicaciones Tierra y Medio Ambienteuna revista de Nature, analizó las condiciones climáticas históricas y proyectadas y la sequedad de la vegetación, comparando el periodo de 1980-2020 con el de 2020-2060. Además, se destaca que existen otros factores importantes a considerar en el uso de quemas prescritas, como el impacto ecológico, consideraciones de política pública, efectos del humo y la disponibilidad de personal para realizar estas operaciones.
En un contexto donde los incendios forestales han aumentado significativamente en el oeste de Estados Unidos debido al cambio climático, el desarrollo humano en zonas propensas a incendios y la extinción agresiva de incendios en el siglo XX, herramientas como las quemas prescritas se vuelven cada vez más esenciales. Anticipar los cambios futuros en el uso de estas quemas permite a las agencias planificar con anticipación, especialmente en lo que respecta al personal necesario para llevarlas a cabo.
«Este estudio nos brinda una advertencia temprana», dijo Shive. «Esperamos poder modificar las políticas para ampliar el personal o establecer equipos específicos para el invierno».