Durante la reunión se discutió la frecuencia con la que se recogen los residuos en los lugares de trabajo, lo que puede ir desde no recolectarlos (lo que puede resultar en la quema de los residuos) hasta recolectarlos semanalmente o cada dos meses. Esto afecta el monitoreo, ya que junto con los elementos ramsay de la naturaleza, han llegado a impedir la toma de muestras, o son parte de la contaminación que daña la salud del ecosistema.
Incluso algunos participantes en la Asamblea Anual mencionaron que tener caminos en buen estado en sus comunidades facilitaría que las personas depositen los residuos en los lugares adecuados, ya que a muchas personas les resulta difícil moverse a caballo, especialmente cuando las vías están en mal estado y es necesario caminar durante horas. En cambio, con caminos en buen estado, las personas podrían utilizar bicicletas y recorrer distancias más cortas en menos tiempo.
Desde la perspectiva del biólogo Diáz Jiménez, es fundamental que distintos actores como el gobierno y las instituciones académicas realicen actividades de difusión y educación ambiental para concienciar sobre la importancia de los sitios Ramsar y la necesidad de conservarlos. México es miembro de esta convención desde 1986 y actualmente cuenta con 144 sitios, lo que representa casi el 6% del total a nivel mundial, siendo el segundo país con mayor número de sitios.
Según la Convención Ramsar, un humedal se refiere a cualquier área de tierra que está saturada o inundada con agua de forma estacional o permanente. Estos ecosistemas son importantes para regular el clima global, retener carbono y son considerados como cunas de diversidad biológica. Nombrar un humedal como sitio Ramsar implica que los gobiernos se comprometan a tomar medidas para conservarlos, como adoptar planes de manejo y promover la investigación científica, entre otras acciones.
Las soluciones basadas en la naturaleza, como la restauración de ecosistemas acuáticos, pueden ayudar a mitigar los efectos del cambio climático. Es crucial conservar los sistemas acuáticos y la vegetación que los rodea para prevenir desastres naturales y mantener el equilibrio de los ecosistemas. La recuperación de la vegetación ribereña y la conservación de los humedales son aspectos fundamentales para garantizar la captura y retención del agua, así como para prevenir la colmatación de cuerpos de agua y la erosión de las zonas ribereñas.