El impacto de los hidrofluorocarbonos en el calentamiento global puede ser miles de veces mayor que el del dióxido de carbono.
Una nueva investigación ha descubierto que se están introduciendo de contrabando a Europa grandes volúmenes de gases que calientan el clima desde China y Turquía. Según un informe de la Agencia de Investigación Ambiental (EIA), con sede en Londres, este tráfico ilegal compromete el impulso global para eliminar gradualmente estos gases.
Los hidrofluorocarbonos (HFC), considerados «supercontaminantes» por la EIA, son unos gases sintéticos utilizados principalmente en refrigeración y aire acondicionado. Aunque no dañan la capa de ozono como otros refrigerantes prohibidos, su impacto en el calentamiento global puede ser miles de veces mayor que el del dióxido de carbono (CO2).
A pesar de los esfuerzos para reducir gradualmente su uso, la demanda de HFC sigue siendo alta, lo que ha llevado a un incremento de precios y al aumento del tráfico ilegal desde Turquía y China. Este comercio ilegal pone en riesgo los compromisos internacionales para reducir la emisión de estos gases.
Las autoridades de la Unión Europea luchan por controlar estos envíos ilegales que llegan principalmente a través de Turquía, Rusia y Ucrania. La EIA ha descubierto que los traficantes están empleando tácticas sofisticadas para evadir la detección, lo que también implica evasión fiscal.