El Pacto Verde de la UE es una estrategia de crecimiento que busca transformar la Unión Europea en una sociedad justa y próspera, con una economía moderna, competitiva y eficiente en el uso de recursos. Se espera que para el 2050 no haya emisiones netas de gases de efecto invernadero y que el crecimiento económico esté desvinculado del uso de recursos.
Jacques Ragot, vicepresidente de Asuntos Gubernamentales Globales de Covestro, destaca que la industria química europea está preparada para liderar la transición ofreciendo soluciones a los desafíos globales. Sin embargo, habrá debates controvertidos sobre cómo la industria química podría transformarse para servir mejor a la sociedad, prosperar económicamente y competir globalmente.
Los productos químicos son fundamentales en múltiples cadenas de valor estratégicas, desde turbinas eólicas hasta medicamentos, lo que los convierte en elementos esenciales para la economía y la sociedad europea. Por tanto, la Estrategia para la Sostenibilidad de los Productos Químicos debe ser un pilar central para un sector químico moderno, promoviendo la innovación hacia productos seguros y sostenibles necesarios para la neutralidad climática y la economía circular.
La pandemia de COVID19 ha resaltado la importancia de una industria química fuerte en la UE, capaz de mantener la resiliencia y la capacidad de adaptación ante crisis inesperadas. Por lo tanto, un Pacto Verde Sectorial para los Productos Químicos permitirá a la industria europea contribuir a los objetivos del Pacto Verde, manteniéndose competitiva y fuerte en un entorno global en constante evolución.
La nueva Estrategia para la Sostenibilidad de los Productos Químicos debe centrarse en la implementación y cumplimiento de regulaciones existentes, así como en el desarrollo de soluciones sostenibles y competitivas a nivel global. Se busca promover un diseño seguro y sostenible, sustituyendo productos químicos peligrosos por alternativas más seguras y respetuosas con el medio ambiente.
En resumen, la industria química europea tiene un papel crucial que desempeñar en la transición hacia una economía más sostenible, apoyando los objetivos del Pacto Verde y la competitividad global. Una colaboración abierta y transparente, basada en la innovación y la sostenibilidad, será clave para lograr un sector químico resiliente y líder en el mundo.