Para expertos como Alicia Herrera Ulibarri o Miguel Borja Aguiar, la reciente contaminación de bolitas En las costas gallegas suena sumamente familiar. “En Canarias llevamos confirmando su presencia desde hace mucho tiempo, más de una década”, explica el primero, biólogo, doctor en Oceanografía y miembro del instituto Ecoaqua, dependiente de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. “Las Islas Canarias, por su condición de islas oceánicas, están expuestas a la llegada de todo tipo de basura marina, lamentablemente de forma regular”, añade Miguel Borja Aguiar, investigador del mismo instituto.
No en vano, las islas de Lanzarote (especialmente la playa de Famara, en el municipio de Teguise) y La Graciosa (playa de Lambra) son dos de los tres puntos negros de España donde más bolitas, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. La otra es Tarragona, donde la Fiscalía acaba de abrir una investigación sobre años de contaminación. Sin embargo, a diferencia de la costa catalana donde bolitas Provienen de su propia industria petroquímica, aquí en Canarias vienen de lejos. Son las corrientes atlánticas, en gran parte responsables del benigno clima del archipiélago, las que arrastran estas bolitas desde otras zonas del Atlántico o incluso del Mediterráneo.
De hecho, la casualidad quiso que pocos días después del hundimiento del barco Toconao, cuyo contenido plástico ha contaminado las costas gallegas y asturianas, se detectó la presencia de microplásticos en la playa de Bajamar (noroeste de Tenerife), en las Islas Canarias. En los días siguientes también se encontraron restos en la playa de Viuda (municipio de Candelaria, al este de Tenerife), el puerto de Garachico (norte de Tenerife), en la playa de San Juan (en Guía de Isora, al oeste de Tenerife), así como en el costa de las islas de Lanzarote (playa de La Garita, en Haría); Gran Canaria (playa de Las Canteras, en Las Palmas de Gran Canaria) y El Hierro (en la playa de Arenas Blancas). Esta situación obligó al Gobierno de Canarias a declarar una prealerta preventiva, que cerró dos días después.
Esto constituye una dolorosa rutina en las costas de las islas. Por esta razón, los expertos se apresuraron a descartar que estos derrames provinieran del Toconao. El catedrático de Química Analítica de la Universidad de La Laguna Javier Hernández Borges señaló, precisamente, que según el análisis de las muestras -recogidas en Bajamar, Candelaria y Garachico- es bolitas procedentes de distintos vertidos, que muestran un deterioro tras pasar muchos años en el océano y, por tanto, es muy difícil establecer su origen exacto. Por supuesto, es probable que los pellets del contenedor perdidos por el barco Toconao frente a Portugal y que acabó en las costas gallegas acabó llegando también a las Islas Canarias. Para que esto suceda, sin embargo, debe pasar al menos un año, según cálculos de Herrera. “Para entonces será un elemento más de esa basura marina a la que tristemente nos estamos acostumbrando”, apunta Borja Aguiar.
Estos bolitas Constituyen la materia prima para la fabricación de objetos plásticos. Están fabricados, sobre todo, de polietileno o polipropileno, generalmente tienen forma esférica o de lenteja de unos cinco milímetros de diámetro y son de color blanco o transparente. Este componente se ha dado a conocer debido al reciente vertido ocurrido en las costas de Galicia y Asturias. En el caso de Canarias, los vertidos se producen a miles de kilómetros de distancia y son las corrientes que llegan a Canarias las principales responsables de la presencia de estos plásticos en Canarias. “A las islas llega la llamada Corriente de Canarias, que tiene su origen en la Península Ibérica, cerca de las Islas Azores, y arrastra consigo toda la basura que encuentra”, Gregorio Louzara, gerente y cofundador de la empresa grancanaria Ecos, dedicada a la estudiar Marina.
Además de las grandes corrientes oceánicas, en este fenómeno influyen las llamadas estructuras de mesoescala, compuestas por corrientes o remolinos de hasta 100 kilómetros de longitud. Los investigadores coinciden en la idea de que la gran mayoría de bolitas que aparece en Canarias procede de contenedores que caen al mar desde grandes buques de carga, ya que en las islas no existen industrias dedicadas a la fabricación de plástico. Además, estos incidentes suelen producirse en aguas internacionales, por lo que las navieras no suelen denunciarlos, y esto es lo que convierte al archipiélago, a diferencia de lo que puede ocurrir en Tarragona, en una víctima. silencioso con dificultades para encontrar a quién quejarse.
La información es la primera herramienta contra el cambio climático. Suscríbete.
Suscribir
Tras años de trabajo, Herrera, sin embargo, ha encontrado tres puntos especialmente problemáticos: la playa de La Lambra, en La Graciosa; la playa de Famara, en Lanzarote; y Playa Grande, en Poris de Abona (en el este de Tenerife). En octubre de 2015, por ejemplo, se produjo un importante vertedero de residuos en Famara. Se organizaron grupos de limpieza y un muestreo posterior determinó que más del 40% de la muestra estaba compuesta por bolitas.
Alta contaminación en varias playas
En 2017, la ULPGC advirtió en un informe titulado Contaminación por microplásticos y alquitrán en tres playas de Canarias: un estudio anual los resultados de una investigaciónón desarrollado entre 2015 y 2016, y que confirmó la elevada contaminación de estas playas, a la que se suma la de Las Canteras (en Las Palmas de Gran Canaria), asociada a periodos de fuerte oleaje y viento. Este mismo estudio advierte que estos vertidos microplásticos se incorporan a las cadenas alimentarias al ser ingeridos por el zooplancton y sostiene que actúan, fundamentalmente, como disruptores endocrinos, alterando el sistema hormonal y pueden producir efectos cancerígenos y mutagénicos en la especie.
Si no son nuevas, ¿por qué el Gobierno de Canarias optó por declarar la prealerta? “Decidimos activarlo para poder articular una serie de seguimientos tanto de Salvamento Marítimo como de las administraciones estatales, autonómicas y locales que en condiciones normales no se pueden realizar”, explica Montserrat Román, responsable del Servicio de Protección Civil y Atención de Emergencias. Servicio, en una conversación telefónica. Emergencias del Gobierno de Canarias. «La prealerta es totalmente preventiva, en la que no se materializa ningún riesgo y en la que no se dan las condiciones para activar una fase superior» como la de alerta o emergencia -«ni mucho menos»-, afirma. “Las muestras de Bajamar nos preocuparon por la cantidad: era una anomalía porque es un sitio inusual y hay cantidades considerables. Requiere una respuesta contrastada y organizada. «No podemos mirar y no hacer nada».
_