La implementación de la transición energética no solo implica la incorporación de energías renovables, sino que también requiere reducir el consumo de petróleo para mejorar la balanza comercial y aumentar la eficiencia. Según registros oficiales, se están dando pasos para reducir la dependencia del petróleo en el sector de la automoción y aumentar la eficiencia del transporte con mayor uso de vehículos colectivos. A pesar de esto, se debe acelerar el ritmo de cambio debido al alto índice de emisiones de gases de efecto invernadero del transporte.
El avance de los vehículos eléctricos e híbridos ha sido notable, representando el 10.74% de los vehículos nuevos el año pasado. Sin embargo, es fundamental no solo sustituir vehículos de combustión por eléctricos, sino también fomentar el uso de flotas eléctricas compartidas para ser más eficientes en el tiempo, energía y costos.
En cuanto al transporte público, se han registrado cifras récord de pasajeros en el metro, autobús y transporte colectivo urbano en general. Aunque estas cifras indican un aumento en la demanda, todavía persiste la congestión y el uso excesivo del automóvil privado en las ciudades. Es necesario incidir en la electrificación del transporte urbano y promover las líneas de tranvía para reducir la dependencia del petróleo en el transporte.
En el transporte interurbano, tanto el autobús como las líneas ferroviarias han experimentado un aumento en el número de usuarios, con récords superiores a los años anteriores. Se destaca la importancia de impulsar la intermodalidad y establecer una tarifa única para todo el transporte ferroviario.
Para lograr una verdadera reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero, es fundamental promover el traspaso modal hacia el transporte público y fomentar la intermodalidad. Además, se deben implementar políticas que impulsen la movilidad eléctrica y el uso compartido de vehículos para minimizar el impacto ambiental. Es crucial coordinar todas estas acciones para avanzar hacia un sistema de transporte más sostenible.
Finalmente, es necesario denunciar y evitar políticas regresivas que obstaculicen la transición hacia un transporte más sostenible, como la eliminación de carriles bici o la falta de acción en la implementación de Zonas de Bajas Emisiones en las ciudades. Un cambio de mentalidad y políticas más ambiciosas son clave para lograr una movilidad más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.