La explotación humana de las especies migratorias es la causa principal de su declive. Un ejemplo es la extinción de las langostas de las Montañas Rocosas en 1875, que solían migrar por el oeste de los Estados Unidos en busca de alimento, pero desaparecieron tres décadas después. Esta situación es común para muchas especies migratorias, ya que su viaje las hace vulnerables a la caza y la pesca, y la protección en una jurisdicción no es suficiente.
El informe de la Convención de las Naciones Unidas sobre la Conservación de Especies Migratorias muestra que el 44% de las 1.189 especies rastreadas han experimentado una disminución en sus poblaciones, y el 90% de las especies de peces migratorios están en peligro de extinción. La sobreexplotación, como la caza, la pesca y la destrucción del hábitat, es el principal riesgo para estas especies.
Las acciones humanas, como la caza directa, la destrucción del hábitat y la contaminación, afectan negativamente a las especies migratorias. La matanza directa de animales migratorios no es la única amenaza, ya que la tala de bosques, la contaminación lumínica y acústica, así como la construcción de infraestructuras como vallas y represas, también perturban las migraciones.
A pesar de las limitaciones del informe, que se enfoca solo en las especies incluidas en la convención de la ONU, es necesario extender la protección a más especies migratorias. La cooperación internacional y la implementación de tecnologías existentes pueden ayudar a detener la sobreexplotación y proteger a estas especies.
Aunque el informe muestra la gravedad de la situación, aún no se están tomando las medidas adecuadas para proteger a estas especies. Menos del 10% de las aves migratorias del mundo están adecuadamente protegidas, y las tierras protegidas no están conectadas, lo que dificulta el movimiento seguro de los animales.
Es necesario que los países cumplan sus promesas y utilicen herramientas como Áreas Importantes para las Aves y la Biodiversidad y la Conectividad Migratoria en el Océano para proteger a las especies migratorias y detener su declive.
El trabajo conjunto y la implementación de medidas de conservación son fundamentales para evitar la extinción de las especies migratorias y permitir que futuras generaciones disfruten de la naturaleza en todo su esplendor.