El manejo forestal comunitario es una estrategia de defensa del medio ambiente en México, pero se ha vuelto vulnerable con la disminución de los presupuestos ambientales en los últimos ocho años. Este mecanismo es esencial para el cultivo de bosques y selvas, y se caracteriza por la alta participación social de los propietarios y comunidades, fortaleciendo así sus procesos de desarrollo. Además, es crucial la existencia de un territorio de uso común en manos de un ejido o comunidad.

El manejo forestal comunitario reconoce la profunda conexión de las comunidades rurales y los pueblos indígenas con la tierra y los recursos naturales, buscando fortalecer su participación en la toma de decisiones y el manejo de los recursos naturales. Las autoridades ambientales utilizarán una máquina novedosa para analizar la «huella» de los árboles y combatir la tala ilegal.

Según la ONU, el manejo forestal comunitario es uno de los métodos más sostenibles para proteger el medio ambiente, lo que es relevante considerando que los pueblos indígenas ocupan el 22% de la superficie mundial y el 80% de la biodiversidad, a pesar de representar solo el 5% de la población mundial. De acuerdo con el presidente de la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales, en México, más de la mitad del territorio es en manos colectivas.

El manejo forestal comunitario se presenta como una vía para preservar la biodiversidad y contribuir a acciones de mitigación contra el cambio climático, especialmente con los reducidos recursos que recibe la agenda ambiental y la distribución desigual de los recursos.

En cuanto al presupuesto para la agenda ambiental, un estudio muestra que las inversiones federales destinadas al medio ambiente se han reducido año tras año entre 2016 y 2021. A pesar de una ligera mejora en 2022, se espera que el sector ambiental reciba este año 70.245 millones de pesos, un 11,4% inferior a lo recaudado en 2023. La mayoría se destinará a proyectos hidráulicos dirigidos por la Comisión Nacional del Agua. Los fondos de la Comisión Nacional Forestal también se han reducido, y en 2021, México perdió 118,490 hectáreas de bosques húmedos y secos, lo que representa el 70,6% del área total deforestada durante ese año.