El viernes, la Autoridad Marítima Nacional de Portugal encontró cantidades «insignificantes» de partículas de plástico en las costas de Viana do Castelo y Caminha, pero desconoce si el material tiene relación con los pellets que llegaron a las costas españolas. Algunas de las partículas encontradas presentaban signos de desgaste.
La Autoridad Marítima Nacional está monitorizando las partículas de plástico que llegaron a las costas en España, habiendo activado un plan de contingencia en el marco del Plan Mar Limpio. «El Instituto Hidrográfico de la Armada portuguesa calcula constantemente la deriva de los perdigones y hasta el momento no hay probabilidad de que aparezcan grandes cantidades de material en la costa portuguesa», explicó un portavoz.
Los organismos locales de la AMN están en contacto con ayuntamientos, agentes de Protección Civil y otras entidades «para concienciar sobre el riesgo», pero también para crear una lista de entidades que pueden colaborar con las autoridades en la limpieza de playas. «En este momento hay varios equipos en alerta para la posible eliminación de los perdigones», añadió el portavoz.
El armador del ‘Toconao’, el barco que perdió contenedores en aguas portuguesas, afirmó que más de mil bolsas que contenían alrededor de 26,2 toneladas de bolas de unos cinco milímetros de diámetro, utilizadas para fabricar plásticos, cayeron al mar y están llegando al costa del norte de España. El barco perdió seis de los contenedores que transportaba el pasado 8 de diciembre en aguas portuguesas, a 80 kilómetros de Viana do Castelo.
A finales de la semana pasada comenzaron a llegar en cantidad a las costas españolas bolas de plástico esparcidas fuera de las bolsas. La Comisión Europea consideró este miércoles una amenaza para el medio ambiente y la pesca las 25 toneladas de diminutas bolas de plástico que cayeron al mar en aguas portuguesas y están llegando a las costas del norte de España.
Las regiones del norte de España, desde Galicia hasta el País Vasco, activaron o elevaron el martes alertas medioambientales por las toneladas de diminutas bolas de plástico que cayeron al mar en diciembre en aguas portuguesas, mientras la Fiscalía española anunció el lunes que abrió un investigación para determinar posibles responsabilidades.