El informe reciente de la AEMA «Ruido en Europa – 2020» indica que el tráfico es la principal fuente de contaminación acústica en Europa y se espera que los niveles de ruido aumenten en las zonas urbanas y rurales en la próxima década. Además, otros sectores como el ferroviario, aeronáutico e industrial también contribuyen significativamente a la contaminación acústica.
El informe proporciona actualizaciones sobre las tendencias de la contaminación acústica entre 2012 y 2017, así como previsiones futuras y los efectos en la salud. Alrededor de 113 millones de personas en Europa están expuestas a niveles de ruido del tráfico a largo plazo que superan los 55 dB, lo que puede causar efectos en la salud según la OMS.
La exposición prolongada al ruido puede contribuir a enfermedades cardiovasculares, trastornos del sueño y molestias crónicas. Además, la contaminación acústica tiene un impacto negativo en la fauna terrestre y marina. A pesar de los esfuerzos de los países para reducir la contaminación acústica, es poco probable que la UE cumpla con sus objetivos para 2020.
Se están tomando medidas para reducir los niveles de ruido, como mejorar la infraestructura vial, limitar la velocidad del tráfico y promover medios de transporte menos ruidosos. Sin embargo, se necesitan más esfuerzos para proteger áreas tranquilas y mejorar la accesibilidad a ellas.
En resumen, la contaminación acústica es un problema importante en Europa que tiene efectos negativos en la salud humana y el medio ambiente. Aunque se están tomando medidas para abordar este problema, se necesitan esfuerzos adicionales para lograr una reducción significativa de la contaminación acústica en toda Europa.