Los Ángeles fue afectada por una larga franja de humedad en el cielo que arrojó 15 centímetros de lluvia en tres días, más de la mitad de lo que suele llover en un año. Este tipo de lluvias extremas se están volviendo cada vez más comunes debido al calentamiento global. Sin embargo, la ciudad ha implementado medidas para retener y aprovechar el agua de lluvia.
Los Ángeles se ha transformado en una «ciudad esponja», reemplazando superficies impermeables como el hormigón por suelo y plantas permeables. Además, ha construido terrenos extendidos donde el agua se acumula y penetra en el suelo. Durante una reciente tormenta, la ciudad capturó suficiente agua de lluvia para abastecer de agua a 106.000 hogares durante un año.
La ciudad ahora busca producir tanta agua como sea posible a nivel local, dado que se espera que llueva más y nieve menos en el futuro. Los ingenieros están trabajando en la captura de agua de lluvia y la creación de más espacios verdes que permitan filtrar el agua hacia los acuíferos subyacentes. También están implementando medidas para reducir el consumo de agua y reciclar agua del inodoro.
A medida que el cambio climático intensifica las tormentas de lluvia, Los Ángeles y otras ciudades están encontrando formas de adaptarse y producir más agua por sí mismas. Las estrategias incluyen reciclar agua y capturar y almacenar agua de lluvia de forma inteligente. También se están ajustando las infraestructuras viales para permitir que el agua se filtre en el suelo en lugar de fluir hacia las alcantarillas y el mar.
El Departamento de Agua y Energía de Los Ángeles ha excavado grandes extensiones de tierra para retener y filtrar el agua de lluvia. Durante las tormentas, el agua se acumula en embalses y parte de ella es desviada a áreas recreativas. De esta manera, se está creando un sistema para aprovechar el agua de lluvia de manera efectiva y sostenible.