A pesar de los esfuerzos de «lavado verde» de Repsol, los números hablan por sí solos. A pesar de los intentos verdes, la empresa se encuentra entre las 122 empresas del sector responsable de emitir hasta un 72% de todo el dióxido de carbono desde la Revolución Industrial.
Un informe del centro británico InfluenceMap ha analizado las emisiones directas e indirectas de CO2 de Repsol, las cuales equivalen al 0,23% de las emisiones globales de combustibles fósiles y cemento. A pesar de reducir sus emisiones, la tendencia sigue siendo lenta, con un aumento del 16% entre 2021 y 2022.
Las multinacionales privadas acumulan el 31% de las emisiones rastreadas, mientras que las empresas estatales y los estados representan el 33% y 36% respectivamente.
Desde el activismo, se critica el plan de descarbonización de Repsol, considerándolo una estrategia engañosa que permite seguir extrayendo gas y petróleo hasta 2050. Greenpeace llama a una auditoría del plan estratégico y a un enfoque integral de la situación, involucrando al Gobierno, accionistas y clientes.
A pesar de la complejidad de la transición hacia soluciones renovables, Greenpeace insiste en que el coste no debe recaer en los usuarios y la sociedad, sino en la empresa asumiendo su responsabilidad por las emisiones de combustible vendido.