Los embalses de las cuencas internas de Cataluña han registrado un descenso por debajo del 16%, lo que significa que se está considerando declarar una emergencia por sequía. Este es el caso de Riudecanyes, en Tarragona, así como más de treinta municipios que se abastecen de los embalses de Darnius Boadella y el acuífero Fluvià-Muga. Esta situación pronto podría extenderse a zonas con mayor concentración de población en Cataluña. Por ejemplo, los embalses de Ter-Llobregat, que abastecen a seis millones de personas en Barcelona y su área metropolitana, ya se encuentran en un nivel del 16.5%, cerca del umbral establecido en el Plan Sequía que podría llevar a la declaración de emergencia. En caso de emergencia, se aplicarían restricciones en el consumo de agua, con una reducción progresiva del límite máximo diario por persona en tres etapas. Además, se establecen otras restricciones como la supresión del riego agrícola y la prohibición de llenar piscinas, con multas que oscilan entre 10,000 y 50,000 euros para municipios y personas que incumplan las normas. La Agencia Catalana del Agua ha iniciado expedientes sancionadores contra los municipios que exceden el consumo establecido, y se prevén multas de hasta 150,000 euros en casos graves. Otras entidades también tienen la capacidad de sancionar a quienes consuman más de lo permitido. En el Área Metropolitana de Barcelona, se han impuesto multas por diferentes comportamientos relacionados con el consumo de agua, con sanciones leves que oscilan entre los 30 y 200 euros, y sanciones graves y muy graves de hasta 3,000 euros. Además, se han sancionado municipios que han excedido el consumo autorizado durante la sequía, con multas que superan los 50,000 euros.