Se ha localizado por primera vez un ejemplar de chacal dorado vivo en la Península Ibérica, lo cual es una buena noticia para la restauración de las funciones ecológicas que desempeñan estos animales. Expertos en fauna señalan que este hecho demuestra que el entorno natural de Zaragoza favorece la presencia de chacales. El avistamiento se produjo en Galacho de Juslibol, un bosque a orillas del Ebro en Zaragoza, y se ha confirmado que se trató de un solo animal mediante cámaras trampa. Esta especie de chacal tiene poblaciones estables en 20 países europeos y se adapta a diversos hábitats, incluyendo bosques, estepas y zonas agrícolas.
El ambientalista Jorge Echegaray considera que esta detección es positiva y podría ayudar a regular la población de otros animales como conejos y topillos, que en algunas zonas causan daños a las explotaciones agrícolas. Además, destaca que la presencia del chacal dorado en España no implica que exista una población críptica de esta especie en el país, ni que vaya a establecerse donde ha sido avistado. Echegaray sugiere que el Gobierno de Aragón debería tomar medidas de protección si se confirma la presencia continuada del chacal dorado en la región.
En un escenario de cambio climático, se prevé que el chacal dorado expandirá su distribución hacia el norte, centro y sur de Europa, lo que supondrá un nuevo reto para la gestión de la biodiversidad en los países europeos. Esta especie se suma a los zorros y aves rapaces como principales depredadores y controladores demográficos de especies consideradas plagas en la agricultura. El avistamiento del chacal dorado en Zaragoza podría indicar que está llenando un vacío ecológico en la región, aunque aún queda por confirmar su asentamiento y sus posibles efectos en la fauna local.