El pez araña (Trachinus araneus) es una de las especies que causa más accidentes en las playas durante el verano, con lesiones graves e incluso mortales. A pesar de su apariencia inofensiva, este pez costero es cada vez más común a lo largo de la costa y tiene la costumbre de permanecer medio enterrado en el fondo arenoso de las playas, cerca de la orilla, pasando desapercibido. Sin embargo, sus espinas de aleta dorsal pueden secretar una toxina altamente venenosa al clavarse accidentalmente en los pies de los bañistas o en las manos de los pescadores, causando síntomas dolorosos que pueden llegar a ser mortales.

A pesar de esto, rara vez se informa sobre el ingreso hospitalario o incluso la hospitalización, e incluso menos casos que resultan en la muerte de un bañista después de ser picado por un pez araña. En contraste, se levanta la alarma rápidamente cuando se avista un tiburón, a pesar de que hay pocos casos documentados de ataques premeditados en nuestras costas. A pesar de su mala reputación, el tiburón azul es una de las especies más abundantes en el Mediterráneo y no ataca premeditadamente a las personas. Sin embargo, la pesca ilegal, las redes abandonadas y otras causas provocadas por el hombre están disminuyendo sus poblaciones en todo el mundo. Por lo tanto, es importante promover medidas de conservación y educar a la población sobre el respeto y la convivencia con estas fascinantes criaturas marinas.