La coexistencia con grandes carnívoros en áreas rurales no es sencilla. Esto explica por qué la aparición de chacales en el norte de España ha generado temor en la región durante mucho tiempo. Sin embargo, en este caso, esos temores no estarían justificados. Con una altura media, el chacal es un oportunista en los bosques europeos, con una dieta principalmente carroñera y omnívora (consumiendo frutas y bayas en verano) y hábitos depredadores enfocados en la captura de roedores, aves, insectos y reptiles, siendo poco comunes los ataques al ganado.
La llegada del chacal común o dorado a la Península Ibérica, cuyo nombre ya se menciona en el Atlas de Mamíferos Terrestres de España 2007, no debería sorprender a nadie. Esta especie de cánido, ampliamente distribuida por todo el Sudeste Asiático, India y Medio Oriente, lleva mucho tiempo establecida en los Balcanes y se ha expandido naturalmente a través de Europa. La recolonización (la especie no está siendo introducida) ha aumentado en los últimos años, confirmando su presencia en Polonia, Países Bajos, Dinamarca, Alemania, Suiza y Austria.
El mes pasado, una cámara infrarroja colocada en la montaña por los técnicos del proyecto lobo, grabó por primera vez a un chacal dorado en territorio peninsular. Las imágenes, de baja calidad debido a que se grabaron en blanco y negro mediante un sistema de fototrampeo, mostraron a un ejemplar adulto de cánido salvaje, cuyas características son compatibles con las del chacal dorado.
Hablando con el naturalista Ángel Manuel Sánchez, investigador del Departamento de Ciencias de la Vida de la Universidad de Alcalá de Henares y director del proyecto Lobo, confirmó que el animal captado por la cámara correspondía a la especie. Las imágenes mostraban un animal salvaje con patrones de comportamiento muy naturales, adaptado al territorio. Un análisis detallado podría revelar si se trata de un híbrido, pero la mayoría de los expertos coinciden en que se trata de un chacal.
Además de las imágenes captadas por las cámaras infrarrojas del proyecto Lobo, la presencia del chacal también ha sido confirmada por otros expertos. Su llegada a España parece ser definitiva, ya que se ha asentado en el país después de haber cruzado naturalmente los Pirineos.
El comportamiento discreto y básicamente nocturno del chacal ha permitido su recolonización en Europa de forma sigilosa, sin causar demasiado revuelo. La presencia cada vez mayor de pruebas indica que ya está aquí.