La Comisión Europea (CE) ha propuesto reducir el estado de protección del lobo y cambiar su actual condición de «especie estrictamente protegida» al nivel más bajo de «protegido». Esta modificación puede parecer sutil, pero tiene implicaciones significativas. En su estado actual, los lobos están protegidos de ser cazados o capturados intencionalmente, a menos que representen una amenaza grave para el ganado o la salud humana. Sin embargo, si fueran clasificados como «protegidos», perderían esta protección.
El cambio propuesto por la CE no será tan sencillo de implementar como algunos creen. El actual estado de protección del lobo está determinado por el Convenio de Berna, un acuerdo que busca conservar la vida silvestre en Europa. Este convenio establece que las especies clasificadas como «estrictamente protegidas» deben estar sujetas a disposiciones legislativas para asegurar su conservación, prohibiendo toda captura, posesión o muerte intencional a menos que representen una amenaza.
La CE ha argumentado que la progresión y expansión de las poblaciones de lobos, así como el aumento de los ataques al ganado, son las razones para proponer este cambio de estatus. Sin embargo, las organizaciones conservacionistas exigen que la CE proporcione datos científicos que respalden esta suposición.
La propuesta de la CE cuenta con el respaldo del Parlamento Europeo, pero el cambio en el estado de protección del lobo está sujeto a un acuerdo entre los estados miembros y otras partes signatarias del Convenio de Berna. Doce países de la UE, incluida España, han pedido que se garantice la protección del lobo según lo establecido en los acuerdos vigentes.
La Agencia Europea de Medio Ambiente ha rechazado la propuesta, considerándola contraria al compromiso de Europa con la protección de la biodiversidad. Del mismo modo, la organización conservacionista WWF ha pedido a los Estados miembros que rechacen la propuesta, calificándola de «escandalosa y políticamente interesada».
Por otro lado, las organizaciones agrarias han aplaudido la decisión de la CE y esperan que España cumpla con la propuesta. Piden un nuevo plan de gestión del lobo adaptado a la realidad actual de la especie.