Algunos políticos argumentan que los esfuerzos de conservación han provocado un aumento en las poblaciones de osos pardos.
Eslovaquia ha experimentado su segundo ataque de osos en tres días, según las autoridades locales, lo que ha llevado a una ciudad en el norte del país a declarar el estado de emergencia.
En el primer incidente, cinco personas resultaron heridas por un oso en la ciudad de Liptovský Mikuláš, cerca de las montañas Tatra. Las autoridades iniciaron una cacería armada para capturar al animal. Se ha instado a la población a tener precaución, especialmente durante las horas de la mañana y la noche.
En redes sociales, se publicaron imágenes que mostraban al oso corriendo por una carretera, dispersando a los peatones y atacando a un hombre. El ayuntamiento declaró que el oso había sido empujado a zonas deshabitadas y que se estaba trabajando en su eliminación.
El segundo ataque tuvo lugar un día después, cuando una mujer fue perseguida y muerta por otro oso en el valle de Demänovská. La serie de incidentes ha generado llamados para reevaluar el estatus de protección de los osos en Eslovaquia y en Europa central y oriental en general.
Algunos políticos abogan por flexibilizar las protecciones ambientales y permitir la caza de osos pardos debido al aumento en sus poblaciones. El ministro de Medio Ambiente ha llamado a una revisión de la situación y ha propuesto un proyecto de ley para cazar osos en ciertas condiciones.
A pesar de los ataques, grupos conservacionistas como WWF y la Sociedad Eslovaca de Vida Silvestre se oponen al sacrificio de los osos. Argumentan que es esencial educar a la población y tomar medidas preventivas para evitar futuros conflictos con estos animales.
En lugar de soluciones extremas como matar a los osos, los expertos en conservación abogan por un enfoque basado en la educación y la prevención de conflictos. Es fundamental realizar un seguimiento de la actividad de los osos y tomar medidas específicas en áreas donde se reporten problemas de convivencia entre osos y humanos.