España está implementando restricciones a algunos vuelos nacionales de corta distancia como parte de su estrategia para reducir las emisiones de carbono.
Ya no se permitirán vuelos que tengan alternativas en tren de menos de dos horas y media, excepto en casos de conexión con aeropuertos que tengan rutas internacionales.
Esta medida es parte de un acuerdo alcanzado en el Congreso por el gobierno de coalición de España, que ha estado considerando esta prohibición desde 2021 como parte de su plan de acción climática para 2050.
El gobierno francés también prohibió los vuelos nacionales para trayectos que se puedan hacer en menos de dos horas y media en tren a partir de mayo de 2023.
Además, se está analizando el impacto de restringir el uso de jets privados y una directiva de la Unión Europea sobre impuestos a productos energéticos, como el queroseno utilizado como combustible de aviación.
Inicialmente, la propuesta planteaba eliminar vuelos de corta distancia con alternativas en tren de menos de cuatro horas, pero se redujo a dos horas y media. Según un estudio de Ecologistas en Acción, esto podría ahorrar hasta 300.000 toneladas de CO2 y 50.000 vuelos al año.
La medida es criticada por los partidos de oposición PP y Vox, quienes la consideran ineficaz y perjudicial para la competitividad de España. El Colegio de Ingenieros Aeronáuticos también ha expresado sus reservas sobre la eficacia de esta medida para reducir las emisiones de carbono.
Aún no se sabe cuándo se implementarán estas medidas ni qué rutas se verán afectadas. La prohibición deberá pasar por más etapas de enmiendas antes de ser aprobada por el Senado y convertirse en ley.