El miembro más grande del bloque ha rechazado la ley de suministro verde de la UE, lo que ha causado preocupación en Bruselas y Berlín. La abstención de Alemania en la aprobación de las normas de la UE sobre la cadena de suministro verde pone en duda el futuro de la ley y provoca caos en la coalición gobernante del país. La Directiva de Diligencia Debida sobre Sostenibilidad Corporativa (CSDDD) de la UE se acordó en principio en diciembre, pero la posición de Alemania ha generado incertidumbre. La ley requiere que las empresas monitoreen sus cadenas de suministro en busca de emisiones de carbono o abusos contra los derechos humanos, lo cual ha generado preocupaciones por parte de grupos de presión empresariales. El Ministro de Trabajo de Alemania ha señalado su intención de abstenerse en la reunión de embajadores de la UE, lo que ha generado debates sobre la posible influencia de Austria, Finlandia y Suecia. La votación está programada, lo que sugiere un cierto optimismo por parte de Bélgica, pero esta situación está causando estragos en Berlín. Las acusaciones sobre cadenas de suministro poco fiables han afectado a muchas empresas alemanas, generando tensiones en el sistema legislativo de la UE.