La industria siderúrgica checa no está listo para la descarbonización, ni tecnológica ni financieramente, lo que dificulta la implementación de los planes de la UE, según expertos encuestados por la Agencia Checa de Noticias (CTK). También están de acuerdo en que el estado carece de electricidad verde, hidrógeno y otros recursos necesarios para cumplir los planes de ser neutral en carbono para 2050. Hay opciones para la producción de acero con bajas emisiones, como la sustitución del coque por hidrógeno o la fabricación de acero a partir de chatarra en un horno de arco eléctrico, pero no hay suficiente chatarra para satisfacer la demanda. El gobierno ha decidido ayudar a la industria con la electricidad cara pagando parte del impuesto a las energías renovables. La Estrategia Checa 2021 establece que la utilización del hidrógeno en la industria debería comenzar entre 2026 y 2030, pero las acerías checas no planean introducir la producción de acero al hidrógeno antes de 2035. Según un analista, el Estado debería desarrollar un plan para identificar qué industrias son de interés público y cómo abordar su apoyo futuro. Se requerirá acero descarbonizado para la transición hacia una economía baja en carbono, pero desde un punto de vista medioambiental y de emisiones, es deseable que la producción interna continúe y reciba apoyo para su descarbonización.