La sequía en Cataluña ha sido declarada como permanente y, como suele suceder con los fenómenos globales, tiene un impacto en las realidades locales de las ciudades. Barcelona, por ejemplo, anunció que limitará el uso de agua potable y no potable. Otros municipios del área metropolitana también han anunciado medidas para combatir la sequía, según los últimos datos de la Agència Catalana del Aigua (ACA) de diciembre. A pesar de esto, desde el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) aseguran que las medidas restrictivas se coordinarán con los ayuntamientos y las compañías distribuidoras de agua. Esto no se aplicará automáticamente ni de inmediato, sino que se estudiará con detenimiento.

El consumo de agua en algunos municipios supera la media debido a fugas de agua, lo que ha llevado a la consideración de restricciones en el suministro. Sin embargo, los consistorios ven con buenos ojos la posible reducción de presión en el suministro, ya que podría ayudar a disminuir la pérdida, según afirman en sus declaraciones.

Por otro lado, algunos municipios expresan la necesidad de reparar las fugas en sus sistemas de distribución de agua para reducir el consumo. Aigües Ter-Llobregat suministra 278 litros a La Palma de Cervelló, pero el 50% de esa cantidad se pierde por fugas en la red municipal. Por lo tanto, estos municipios solicitan subvenciones para reparar estas fugas, pero aún están a la espera de una respuesta.

La alcaldesa de Begues señala que el consumo elevado de agua se debe al alto número de viviendas con jardín y, en algunos casos, piscina. Sin embargo, asegura que el consumo de agua en la ciudad ha disminuido en el último año, tanto en el consumo público como privado, y pide un esfuerzo colectivo para reducir aún más el gasto de agua.