Un grupo de científicos del MIT ha desarrollado un sensor capaz de detectar pequeñas cantidades de PFAS, sustancias químicas presentes en envases de alimentos, utensilios antiadherentes y otros productos de consumo. Estos compuestos, llamados «químicos permanentes», han sido asociados con efectos negativos para la salud humana, como cáncer y problemas reproductivos.
Este sensor puede detectar niveles tan bajos como 200 partes por billón de PFAS en agua, lo que podría ser útil para que los consumidores analicen su agua potable y para industrias que dependen de productos químicos PFAS. Actualmente, la detección de PFAS en el agua requiere enviar una muestra a un laboratorio, un proceso costoso y lento. El sensor del MIT, basado en tecnología de flujo lateral, ofrece una alternativa más económica y rápida.
El sensor utiliza un polímero especial que puede cambiar su resistencia eléctrica al entrar en contacto con PFAS ácidos como el PFOA y el PFBA. La versión actual del sensor puede detectar concentraciones bajas de estos compuestos y los investigadores trabajan en una versión a mayor escala que aumente la sensibilidad del sensor. Este dispositivo podría ser útil tanto para los consumidores que deseen analizar su agua potable como para las fábricas que utilizan productos químicos PFAS en sus procesos de fabricación.