Numerosas pruebas confirman que el hidrógeno es una fuente prometedora para reemplazar el gas natural y el petróleo como fuente de energía. La transición hacia el hidrógeno ha provocado una especie de «fiebre del oro» en el sector energético, impulsando inversiones, investigaciones y desarrollos tecnológicos para maximizar su producción y uso eficiente.
Un descubrimiento innovador que está revolucionando el mundo
Empresas y gobiernos de todo el mundo compiten por capitalizar las oportunidades que ofrece el hidrógeno, debido a su versatilidad y su potencial para contribuir a la descarbonización en diversos sectores como el transporte, la industria y la generación de energía. La creciente conciencia sobre la importancia de las energías limpias impulsa este entusiasmo por el hidrógeno.
El hidrógeno se destaca como una fuente segura y sostenible con el potencial de convertirse en la principal fuente de combustible para diferentes medios de transporte, debido a su versatilidad para vehículos terrestres, marítimos y aéreos.
Las diferencias significativas en la consideración del hidrógeno provienen de su capacidad para generar cero emisiones de CO2 durante su uso, y del hecho de que se produce en lugar de extraerse de la tierra, siendo posible obtenerlo de diversas fuentes mediante procesos sostenibles.
La nueva fiebre del oro energético: las infinitas oportunidades del hidrógeno
Un reciente informe del Servicio Geológico de Estados Unidos asegura que hay suficiente suministro de H2 para satisfacer la demanda mundial durante miles de años, debido a su abundancia en la naturaleza y a las diversas rutas de obtención como la electrólisis del agua o la reforma de gas natural con captura de carbono.
Diversas compañías buscan el «hidrógeno de oro» en esta nueva «fiebre del oro», aunque hay desafíos significativos a superar. La viabilidad comercial de su almacenamiento depende de factores como la eficiencia en los métodos de producción, almacenamiento y distribución.
El hidrógeno revoluciona la economía: el futuro precio de venta
Extraer hidrógeno directamente del suelo a un costo potencialmente bajo es un punto atractivo como fuente principal de energía para diversas aplicaciones de movilidad. Comparado con métodos tradicionales como la electrólisis del agua o la reforma de gas natural, la extracción directa puede ser más eficiente y económica.
Teniendo en cuenta esto, se estima que el kilogramo de hidrógeno producido directamente del suelo podría costar alrededor de 0,50 dólares, mientras que la producción a través de electrólisis alimentada por energía renovable puede variar entre 3 y 8 dólares.
Aunque el precio del hidrógeno puede ser alto inicialmente, se prevé una disminución significativa en las próximas décadas debido a las economías de escala y la reducción de costos de la energía renovable. Expertos sugieren que el hidrógeno podría costar tan solo 1,50 dólares por kilogramo para el año 2030, lo que respalda su viabilidad y competitividad como fuente de energía.