En febrero se dieron comienzo a las obras de lo que será la planta más grande de biocombustibles de segunda generación del sur de Europa. Dichas instalaciones se ubicarán en Palos de la Frontera, en Huelva, junto al Parque Energético La Rábida. Cepsa y Bio-Oils prevén que la planta estará operativa a partir de 2026 y tendrá la capacidad de producir más de 500,000 toneladas de combustible sostenible de aviación y diésel renovable al año. Además, se espera que genere biogás y CO₂ biogénico, materias primas clave para la producción de hidrógeno verde y metanol verde.
La empresa Apical suministrará los residuos orgánicos para la producción de combustibles sostenibles, principalmente residuos agrícolas y aceites de cocina usados. Este proyecto se convertirá en una pieza clave en el ecosistema del Valle del Hidrógeno Verde de Andalucía. La planta se construirá con el objetivo de alcanzar cero emisiones netas a medio plazo, emitiendo un 75% menos de CO₂ que una fábrica tradicional de biocombustibles. Además, se utilizará agua recuperada y tecnologías digitales para optimizar su funcionamiento.
Más de 2,000 personas estarán involucradas en el proyecto, ya sea durante la construcción o una vez que la planta esté operativa. Los biocombustibles 2G son clave para reducir las emisiones de dióxido de carbono en el transporte por tierra, mar y aire. Cepsa liderará la producción de biocombustibles 2G en España y Portugal, marcando un hito en la descarbonización del transporte.