La transición energética en las zonas rurales todavía enfrenta desafíos para la adopción de coches eléctricos debido a la falta de infraestructura de recarga y el alto costo de adquisición. Se observa un estancamiento en el desarrollo del autoconsumo, lo que destaca la necesidad de medidas adicionales. Las Comunidades energéticas pueden desempeñar un papel crucial, pero el nivel de conocimiento y participación aún no alcanza su potencial total. La brecha en el consumo eléctrico entre las zonas rurales y urbanas destaca la urgencia de estrategias específicas para las zonas rurales. El medio rural presenta un nivel de electrificación un 15% más bajo que la media nacional. Con un 16% de la población y abarcando el 84% del territorio nacional, el medio rural enfrenta desafíos importantes en la transición energética. A pesar de su potencial para contribuir a esta transición, el medio rural necesita medidas específicas para desplegar efectivamente este potencial y lograr un impacto significativo.
CIDE, la asociación que representa a 190 compañías distribuidoras de energía eléctrica, ha destacado la importancia de la descarbonización en zonas rurales durante la presentación del Observatorio de Descarbonización Rural. En este evento, se resaltaron las dificultades como la brecha en el consumo eléctrico y la falta de información detallada sobre el medio rural, lo que acentúa la discriminación territorial.
En cuanto a la movilidad eléctrica, se identificaron barreras como la falta de infraestructura de recarga pública y el alto costo de adquisición de los vehículos. Las comunidades energéticas y el almacenamiento eléctrico pueden ser clave en la transición hacia un modelo más sostenible. Se mencionó la importancia de promover la integración de estas tecnologías para una descarbonización efectiva.
La importancia de las redes eléctricas en el ámbito rural para la transición energética fue destacada durante el evento. Los pequeños y medianos distribuidores desempeñan un papel crucial en este proceso. La colaboración entre los diferentes niveles de gobierno, la inversión en tecnología y el desarrollo de infraestructuras clave son fundamentales para garantizar que el medio rural no se quede rezagado en esta transición.