Destacando la importancia de las elecciones al Parlamento Europeo del próximo mes de junio en el sector de la bioenergía, el manifiesto elaborado por la asociación Bioenergy Europe es fundamental para informar a los candidatos. El objetivo es mostrarles el gran potencial del sector, que representa más del 60% de las fuentes renovables en Europa, para facilitar la transición energética de las actividades difíciles de electrificar y el camino a seguir para lograrlo.
Biomasa: descarbonización de la industria
Al mencionar la biomasa, es posible que muchos ciudadanos piensen en calderas o estufas de pellets, leña, hueso, cáscara de frutos secos o astillas dependiendo de su ubicación; sin embargo, hay un creciente uso de biomasa en el sector industrial, menos conocido popularmente, pero de gran importancia para ayudar a las grandes industrias consumidoras de energía, tanto térmica como eléctrica, en su descarbonización.
La biomasa ofrece beneficios significativos: al reemplazar a los combustibles fósiles, puede generar ahorros económicos considerablesy reducciones en las emisiones de CO₂. Además, apoya las iniciativas de sostenibilidad y economía circular de las empresas, posicionándolas como líderes en la transición energética para el resto de la sociedad.
Proyectos como el de la mayor azucarera del país, ACOR, desarrollado por ENSO, son ejemplos claros, ya que sustituyen el consumo de gas natural y electricidad por biomasa para cubrir completamente sus enormes necesidades energéticas.
Y no es el único ejemplo; empresas como Nestlé, La Seda o Grupo García Carrión y otras de sectores como el de las orujeras, los invernaderos o las panaderías también han optado por utilizar biomasa y disfrutar de sus ventajas.
Por lo tanto, el sector está ocupando gradualmente espacios antes dominados por los combustibles fósiles y, sin duda, veremos cada vez más industrias adoptando la biomasa.
Múltiples beneficios de la biomasa para las poblaciones
Es importante destacar las acciones que están llevando a cabo diversas administraciones públicas en todo el país, comenzando por la Diputación de Badajoz, que en 2022 recibió el premio Fomenta la Bioenergía por su proyecto para implementar equipos de biomasa en edificios de la provincia; una iniciativa que parece estar replicándose en otros lugares. Un ejemplo notable es Málaga, donde la diputación ha anunciado una inversión significativa para instalar sistemas de biomasa en centros que administra. Estas acciones promueven el uso de la biomasa forestal, ayudan a mitigar los riesgos de incendios forestales y generan empleo en las zonas rurales, que tanto lo necesitan.
También es digno de mención el fuerte impulso que está dando Castilla y León a la instalación de redes de calor en diversas ciudades, así como las actuaciones de empresas privadas que, con el apoyo de diversas administraciones públicas, están construyendo redes en ciudades como Cuenca, Guadalajara, Palencia, Ávila y otras.
Estos ejemplos seguramente servirán para fomentar proyectos similares por parte de diputaciones, comunidades autónomas y ayuntamientos, y pronto veremos cómo muchos municipios adoptan la biomasa y se alejan de los combustibles fósiles.