Jorge Riechmann, filósofo y poeta, argumenta que existe un negacionismo climático o ecológico que va más allá de la simple negación del calentamiento global o la crisis ecológica causada por los seres humanos. Según Riechmann, el verdadero negacionismo radica en el rechazo de los límites biofísicos y en la creencia de que la economía puede seguir creciendo indefinidamente. En su último ensayo, titulado «Ecologismo: pasado y presente (con un par de ideas sobre el futuro)», publicado por la editorial Catarata, analiza la historia y evolución de los ecologismos, desde sus inicios en el siglo XIX hasta los debates actuales en el movimiento ecologista.
Riechmann aboga por el ecosocialismo, el Decrecimiento, el ecofeminismo y la defensa de la «vida buena», entendida como una vida que considera los límites biofísicos del planeta y promueve la autolimitación. Critica el giro de los partidos verdes europeos hacia posiciones neoliberales y destaca la necesidad de construir un movimiento social para abordar los desafíos ecológicos como problemas sociopolíticos y culturales.
El filósofo llama a la movilización como una forma de evitar la distopía y construir un futuro sostenible, enfatizando que la solución a los problemas ecológicos requiere una nueva praxis social más que avances técnicos. Riechmann insta al ecologismo a pasar de una postura defensiva a una más constructiva para lograr un cambio real y duradero.