La industria energética está constantemente en busca de avances tecnológicos, especialmente en el desarrollo de paneles solares que puedan mejorar la vida diaria de la población y al mismo tiempo ser amigables con el medio ambiente. Recientemente, se ha logrado un avance significativo en la construcción de paneles solares desde la comodidad del hogar.
La construcción de celdas fotovoltaicas requería protegerlas con vidrio e insertarlas en un armazón de metal resistente, lo que resultaba en paneles solares grandes y pesados. Sin embargo, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha llevado a cabo proyectos desde 2017 para desarrollar un modelo fotovoltaico viable para producción en masa, y este proyecto ha dado lugar a una reciente innovación.
El nuevo descubrimiento ha permitido la construcción de paneles solares que son 100 veces más ligeros que los tradicionales, lo que los hace ideales para incluir en diversos proyectos y ofrece numerosos beneficios.
Estos nuevos paneles también superan dieciocho veces la eficiencia de los paneles solares distribuidos actualmente a nivel industrial, gracias al uso de nanomateriales en su desarrollo.
El proceso de construcción resulta factible a gran escala y es una medida efectiva en la industria energética, ofreciendo una alternativa atractiva para diferentes estructuras arquitectónicas.
Además, los paneles son imprimibles y tienen una capacidad de hasta 370 vatios por kilogramo, lo que los hace altamente efectivos en términos de potencia. A pesar de su mayor eficiencia, son considerablemente más ligeros que las instalaciones convencionales, lo que podría tener un impacto significativo en la reducción de emisiones de carbono a nivel global. Este material innovador tiene el potencial de ser utilizado en diversas industrias, desde el suministro de energía para riego agrícola hasta su implementación en vehículos para autoconsumo.