La propuesta de regulación sobre baterías de la Comisión Europea fue considerada demasiado ambiciosa o restrictiva en una reunión de ministros de medio ambiente de la UE el jueves (11 de junio), destacando la brecha entre los 27 estados miembros sobre el tema.
El ejecutivo de la UE propuso un reglamento vinculante que busca hacer que las baterías sean más sustentables y al mismo tiempo satisfacer la creciente demanda esperada, a medida que la movilidad eléctrica reemplaza cada vez más a los combustibles fósiles en el transporte.
Bajo la reglamento propuesto, las baterías deben cumplir requisitos ecológicos y sociales obligatorios para ingresar al mercado de la UE. La propuesta también haría más transparente el efecto medioambiental de las baterías, obligando a los productores a señalar la huella de carbono de cada batería a partir de 2024.
Si se aprueba, las tasas de recolección y reciclaje de baterías portátiles aumentarán del 45% actual al 65% en 2025 y al 70% en 2030. Las baterías grandes, incluidas las utilizadas en vehículos eléctricos, deben recolectarse y reciclarse en su totalidad.
La Comisión ha propuesto que la nueva iniciativa se aplique inmediatamente en todos los estados miembros, en lugar de ser adaptada por cada país a través de la legislación nacional.
Italia expresó preocupación por la decisión de la Comisión, argumentando la importancia de permitir a los países de la UE adaptar la legislación a su contexto nacional.
Alemania advirtió de manera similar que “lo que funciona bien en los estados miembros no debe ser socavado”.
Austria respaldó las preocupaciones de sus vecinos y destacó la importancia de poder mantener las estructuras que ya funcionan con éxito.
Francia fue quizás el país más fuerte en impulsar una respuesta ambiciosa al costo ambiental de las baterías. París expresó anteriormente su deseo de “obtener resultados rápidamente”, pidiendo que la implementación del reglamento sobre baterías se adelante un año, hasta 2024.
Alemania también alentó a la Comisión a ser “ambiciosa” al establecer criterios de sostenibilidad.
Sin embargo, algunos ministros de la UE sintieron que la propuesta de la Comisión ya era poco realista en sus exigencias. Polonia puso en duda la viabilidad de un objetivo de recaudación del 70% para 2030, al tiempo que subrayó la carga administrativa adicional que una regulación de este tipo podría suponer para las pequeñas empresas.
Bulgaria también expresó su preocupación por “el cronograma propuesto y poco realista para los requisitos de sostenibilidad para la seguridad de los productos y la huella de carbono”.
El debate sobre la regulación de las baterías continuará bajo la presidencia eslovena del Consejo, que sustituirá a Portugal el 1 de julio.