El lunes 25 de marzo, el Consejo de la UE votó por unanimidad a favor de adoptar el Reglamento revisado sobre transporte de residuos. Esta medida, ahora convertida en ley de la UE, tiene como objetivo promover una gestión local más efectiva de residuos y aumentar el reciclaje de materias primas, al mismo tiempo que se reducen las exportaciones de residuos a países fuera de la UE. Según las nuevas normas, los envíos de residuos entre países de la UE requerirán el permiso de los gobiernos nacionales tanto de los países emisores como de los receptores, facilitando y agilizando los procedimientos relacionados con el reciclaje de residuos.
Las restricciones más rigurosas sobre las exportaciones de residuos a países no miembros de la UE ni de la OCDE significan más oportunidades para el reciclaje. Los envíos solo podrán ser destinados a países no pertenecientes a la OCDE si el país receptor confirma su disposición a recibirlos y garantiza un tratamiento sostenible y ambientalmente racional de los residuos. Además, se exigirá una auditoría independiente de los procedimientos de gestión de residuos en estos países, con la Comisión ejerciendo poderes de monitoreo.
El enfoque en el plástico es destacado, con una prohibición a la exportación de residuos plásticos no peligrosos a países no miembros de la OCDE, aunque esta prohibición podría levantarse en el futuro luego de una evaluación de los estándares de gestión de residuos de los países receptores. La UE también busca combatir los envíos ilegales de residuos, con estimaciones que indican que entre el 15% y el 30% de los envíos son ilegales.
Estas regulaciones se basan en acuerdos internacionales y requieren la implementación a nivel nacional. Es responsabilidad de los estados miembros de la UE garantizar una gestión ambientalmente racional de las exportaciones de residuos plásticos. Los líderes ambientales han elogiado esta medida, enfatizando la importancia de un manejo adecuado de los residuos para promover una economía circular y sostenible.