El impacto que la disminución del agua y la actividad humana está teniendo en la región de Doñana es grave. Eloy Revilla, director de la Estación Biológica de Doñana (EBD) que depende del CSIC, resumió la situación durante la presentación del informe anual del estado de la biodiversidad de Doñana en 2023. Según Revilla, se observan cambios significativos en las poblaciones y tipos de especies en Doñana, y estos cambios solo se entenderán a largo plazo. El informe muestra una disminución en la presencia de especies importantes, como el caropsis verticillato-inundada, que se encontró en solo siete de los 15 lugares donde solía estar presente el año pasado.
Además, se observa un retroceso en la flora y una invasión de matorrales en áreas anteriormente húmedas. En cuanto a la fauna, especies como la anguila, el sapo común y el ganso común están en peligro o en mínimos históricos. La falta de agua, sumada a temperaturas más altas, está teniendo un impacto significativo en Doñana. La sequía prolongada está afectando a las lagunas, la flora, y la fauna, y el acuífero de Doñana se encuentra bajo mucha presión debido a la sobreexplotación para la agricultura. Según los científicos, los cambios en el entorno natural de Doñana coinciden con las predicciones sobre el cambio climático, y esto afectará tanto a los ambientes naturales como a la disponibilidad de agua para las comunidades.
Las lagunas están secas y esto afecta a todas las especies que las habitan. Además, se observa una disminución en la densidad de individuos por hectárea, lo que está teniendo un impacto en la fauna y la flora de la región. También se está viendo una disminución en la presencia de mariposas, anfibios, reptiles y carnívoros en Doñana. La situación es grave y plantea un desafío tanto para el ecosistema como para las comunidades que dependen del agua de esta región. Las soluciones, según el director de la EBD-CSIC, implican adaptar la demanda de agua, construir y mejorar infraestructuras, y reducir la demanda de agua de manera efectiva.