El hidrógeno ha experimentado un crecimiento notable en su producción, superando críticas por emisiones de carbono en el pasado. Ahora, un proyecto innovador ha logrado resolver este problema, reduciendo las emisiones a cero.
El hidrógeno se considera la piedra angular de la industria en la búsqueda de un futuro más sostenible. Aunque no se encuentra en estado puro en la naturaleza, su potencial como combustible renovable es enorme, especialmente a través de la electrólisis, un proceso que utiliza electricidad proveniente de fuentes renovables.
A pesar de algunas dudas sobre la viabilidad del hidrógeno verde, se espera que la mayor disponibilidad de energía renovable reduzca los costos de su producción. Según la Agencia Internacional de la Energía, este método podría evitar la emisión de 830 millones de toneladas de CO2 al año.
La transición completa hacia el hidrógeno verde requeriría aproximadamente 3000 TWh adicionales de energía al año, equivalente a la demanda eléctrica actual de Europa. A pesar de las preocupaciones sobre los costos elevados asociados con la producción de hidrógeno verde, se espera que estos disminuyan a medida que avance la descarbonización.
La forma óptima de producir hidrógeno sería mediante la electrólisis del agua, descomponiendo las moléculas de agua en oxígeno e hidrógeno. Sin embargo, este proceso suele ser costoso y requiere grandes cantidades de energía eléctrica, que en muchos casos no se obtiene de fuentes renovables.