Los países miembros de la OTAN están preparando a sus ciudadanos para el próximo conflicto global entre las grandes potencias. Esta idea, antes impensable, parece más cercana que nunca, según el Dr. Maurizio Geri, un ex analista de la OTAN sobre Oriente Medio y el Norte de África (MENA) y la seguridad marítima en la extensión del Mediterráneo. Varios líderes de la OTAN han respaldado la opinión de que Rusia atacará a Occidente en los próximos 20 años, lo que lleva a la necesidad de movilizar a un gran número de civiles. La invasión rusa del Ártico es un punto álgido probable de una guerra con Rusia, ya que el cambio climático provocará la retirada del hielo marino y aumentará la probabilidad de una invasión rusa en busca de recursos minerales y de combustibles fósiles.
Los políticos y líderes militares de varios países miembros de la OTAN han discutido la posibilidad de reclutar ejércitos ciudadanos y restablecer el servicio militar obligatorio para prepararse para una posible guerra con Rusia. Sin embargo, el mayor punto álgido probable de una guerra con Rusia es el cambio climático, y los países de la OTAN deberían priorizar la acción climática para reducir el riesgo de una confrontación sin precedentes.
La OTAN ha reconocido cómo el cambio climático es un «amplificador de amenazas» para cuestiones de seguridad tradicionales, y varios estudios advierten que la confrontación militar en el Ártico es cada vez más probable debido al cambio climático. Para evitar una guerra con Rusia, la OTAN debe centrar mayores inversiones en la prevención del cambio climático. Los países miembros de la OTAN ya se encuentran entre los firmantes del acuerdo climático global COP28, por lo tanto, deben convertir los compromisos en acciones concretas implementando objetivos obligatorios de reducción de emisiones y potenciando ambiciones climáticas para evitar los peores riesgos climáticos.
La OTAN también debe considerar soluciones de geoingeniería más seguras para frenar o incluso revertir el derretimiento del Ártico, ya que el cambio climático es una amenaza para la seguridad global. Si la OTAN no responde a la emergencia climática con la urgencia que merece, podríamos enfrentarnos a una guerra global catastrófica con Rusia y a un planeta inhabitable donde nadie está seguro.