Aunque las reducciones rápidas y significativas de las emisiones deben ser la base de la acción climática, las eliminaciones permanentes de carbono serán fundamentales para lograr emisiones netas cero de gases de efecto invernadero para 2050, según el Dr. Felix Schenuit y Martin Birk Rasmussen. Schenuit es investigador asociado en el Instituto Alemán para Asuntos Internacionales y de Seguridad (SWP), mientras que Rasmussen es analista climático internacional en CONCITO, el principal grupo de expertos sobre el clima de Dinamarca. Con las elecciones europeas a la vuelta de la esquina, el Foro CCUS ofrece una oportunidad para discutir el papel futuro de la gestión del carbono en la UE.
A pesar de que las reducciones rápidas y profundas de emisiones deben ser la base de la acción climática europea, las eliminaciones permanentes de carbono tendrán un papel que desempeñar para contrarrestar esas emisiones limitadas que no pueden reducirse de otra manera para lograr emisiones netas cero de gases de efecto invernadero en 2050 y emisiones netas negativas a partir de entonces. Las próximas Comunicaciones sobre el objetivo climático para 2040 y la estrategia de gestión del carbono industrial fijada para principios de 2024 marcarán hitos que influirán en cómo evolucionará el papel y la regulación de las eliminaciones permanentes de carbono en las próximas décadas. Como señaló Ursula von der Leyen en su Estado de la Unión, las interfaces entre la política industrial y climática recibirán aún más atención, y la gestión del carbono desempeñará un papel para unir estos diferentes espacios políticos. Ahora es el momento de profundizar en las complejidades de la gestión del carbono y definir el papel de las eliminaciones permanentes de carbono en la configuración del futuro climático de la UE.
En la agenda climática de la UE, el trío de métodos de captura y almacenamiento de carbono (CAC), captura y utilización de carbono (CCU) y eliminación de dióxido de carbono (CDR) ha ganado relevancia. Sin embargo, el término general «gestión del carbono» que engloba estos tres métodos no debe malinterpretarse como si sugiriera que su ampliación puede abordarse de la misma manera. Más bien, requiere un enfoque matizado, adaptando las intervenciones políticas para abordar las distintas funciones y riesgos involucrados en cada componente. En particular, las eliminaciones permanentes de carbono, como la bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (BECCS) y la captura y almacenamiento directo de carbono en el aire (DACCS), actualmente se encuentran fuera del ámbito de la arquitectura de política climática de la UE. El establecimiento de un marco regulatorio para la certificación de las absorciones de carbono (y las reducciones de emisiones del suelo) es un primer paso, pero la integración en los pilares centrales de la política climática de la UE, como el Sistema de Comercio de Emisiones de la UE (EU ETS), sigue siendo una tarea para la próxima Comisión Europea.
Para lograr emisiones netas cero de gases de efecto invernadero para 2050, la UE debe considerar una estrategia de dos niveles que combine acciones inmediatas con reformas estructurales visionarias. Además, es esencial que el diseño final de la política climática se centre en garantizar la integridad ambiental del sistema.