Los machos de la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster) tienen rutinas distintas para cortejar a las hembras. Dentro de su complejo comportamiento de cortejo, los machos hacen vibrar sus alas para producir un canto distintivo con el objetivo de atraer a las hembras. Este canto informa a las hembras cercanas sobre la especie y calidad del macho. Los machos deciden cuándo y qué cantar basados en información interna y señales del entorno y las hembras.
Investigadores del Campus de Investigación ‘Janelia’, del Instituto Médico Howard Hughes, han identificado el grupo de neuronas en el cordón nervioso que produce y modula los dos músculos de la mosca responsables de los cantos de cortejo. Este descubrimiento ofrece una visión detallada de cómo el sistema nervioso de la mosca coordina un comportamiento social complejo y múltiples movimientos utilizando un conjunto común de músculos.
El estudio, publicado en ‘Current Biology’, proporciona un nuevo mapa de las neuronas del cordón nervioso necesarias para el canto de cortejo de las moscas, lo que permitirá un análisis más profundo de cómo evolucionó este comportamiento y cómo se producen las señales.
Los investigadores utilizaron una colección de moscas genéticamente modificadas para estudiar las diferentes funciones de las neuronas en la generación de los cantos de cortejo. Mediante un estudio de grabación personalizado, pudieron registrar las canciones de 96 moscas simultáneamente y descubrir el papel de diferentes neuronas en la generación de la señal. Se analizaron más de 1.800 horas de canto para comprender cómo la actividad neuronal afectaba a las diferentes características de los dos tipos de cantos.
Un circuito de neuronas produce el canto ancestral, mientras que un subconjunto produce el canto evolucionado más recientemente. Este descubrimiento sugiere que los animales modifican circuitos neuronales existentes para desarrollar nuevos comportamientos.
Un enfoque complementario permitió a los investigadores examinar la actividad neuronal de las moscas mientras cantaban, revelando que un circuito anidado controla ambos tipos de cantos. Este estudio ofrece nuevas direcciones para investigar la evolución del comportamiento y la producción de comportamientos motores complejos.