La energía solar orgánica ofrece una alternativa flexible, liviana y potencialmente más económica a los paneles solares de silicio tradicionales. Aunque las células solares orgánicas (OPV) tienen ventajas en flexibilidad, rentabilidad y sostenibilidad, aún enfrentan desafíos en eficiencia y estabilidad.

Las OPV se pueden clasificar en diferentes tipos según su arquitectura, tipo de material y aplicación. Cada tipo tiene ventajas y desventajas específicas, lo que permite su adaptación a diferentes aplicaciones.

La tecnología fotovoltaica orgánica se basa en el principio de separación de cargas generadas por la excitación de materiales orgánicos, y su éxito depende de la selección de materiales, arquitectura y técnicas de fabricación adecuadas.

Diversos proyectos de investigación están en curso para mejorar la eficiencia y la estabilidad de las OPV, así como para expandir sus aplicaciones a nuevas áreas, como la integración en edificios y dispositivos portátiles.

A pesar de los desafíos actuales, el futuro de la energía fotovoltaica orgánica es prometedor y podría revolucionar la forma en que capturamos la energía del sol, abriendo camino a un futuro más sostenible y brillante.