«Un pasaporte de producto digital» será introducido por la Comisión Europea a principios del próximo año. Este pasaporte contendrá información sobre la composición de los productos en el mercado europeo con el objetivo de fomentar su reutilización y reciclaje. Se espera que esta iniciativa ayude a alcanzar el objetivo de cero emisiones netas y cero contaminación para mediados de siglo.

Esta medida es parte de la estrategia de Economía Circular de la Unión Europea, que busca una Europa más limpia y competitiva, así como una mayor sostenibilidad en la gestión de residuos a lo largo del ciclo de vida de los productos. Se ha identificado que una gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero y la pérdida de biodiversidad proviene de la extracción y el procesamiento de recursos.

La iniciativa de productos sostenibles también busca cambiar a productos duraderos y sostenibles y frenar el uso excesivo de recursos en la economía. Esto implica garantizar que los productos en el mercado estén diseñados para ser duraderos y reparables.

Para hacer esto efectivo, se planea implementar un proceso que considere las implicaciones reales de los materiales utilizados en los productos, especialmente en lo que respecta a su reciclabilidad. También se está proponiendo una norma europea obligatoria de durabilidad y reparabilidad para garantizar que los productos ambientales se conviertan en la norma en el mercado.

La introducción del pasaporte de producto digital requerirá un esfuerzo considerable, ya que la información crucial para evitar el desperdicio debe ser analizada y compartida a lo largo de toda la cadena de suministro. También se deben tener en cuenta las diferencias entre productos de consumo y productos duraderos al redactar la legislación.

La regulación se realizará producto por producto a través de actos delegados, abordando preocupaciones legales y de privacidad durante el proceso. Se buscará la participación exhaustiva de todas las partes interesadas para el desarrollo del pasaporte de producto digital.

En última instancia, el objetivo es lograr que los productos sostenibles y duraderos sean la norma en el mercado, fomentando la reutilización, la reparación y el reciclaje para reducir el impacto ambiental de los productos de consumo.